sábado, 16 de noviembre de 2013

UFF

Como todo aquel que a falta de días de vida se acoge a falsos credos, como ese yayo rudo y rancio que, en aquel contar, recuerda lo que no vivió y lo que no volverá a repetir y que, sin embargo, lo vuelve a buscar con más ímpetu porque ha aprendido que respirando nada es imposible...Así de ñoño se despereza el espíritu del invierno en su ansiado encuentro con las cenizas del verano.

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